Fundación María José Reyes (FMJR) trabaja para que estudiantes que no han adquirido el aprendizaje lector en el nivel que les corresponde (1°básico), puedan nivelarse y no quedarse atrás con respecto a los aprendizajes de sus compañeros. El foco de la labor educativa de FMJR está en estudiantes provenientes de sectores de bajos recursos y con altos índices de vulnerabilidad social, con el propósito de disminuir sus brechas educativas y ampliar sus oportunidades de desarrollo.
Al iniciar cada año escolar el equipo de la fundación lleva a cabo una evaluación exhaustiva de las habilidades lectoras de los estudiantes de segundo y tercero básico, determinando quiénes presentan aprendizajes descendidos, para ingresarlos de manera gratuita al Programa Rescate Lector.
En el año 2023, el rezago lector entre los estudiantes de segundo básico de comunas rurales y semirurales de la región de O’Higgins, fue de un 59%, cifra que se mantuvo estable durante el 2024.
En el Programa Rescate Lector trabajan tutores dedicados y con experiencia, quienes realizan sesiones en dos modalidades: presenciales de 45 minutos y remotas de 30 minutos. Están se llevan a cabo dos veces por semana, independiente del nivel lector de cada niño, por lo que los meses de intervención y apoyo dependen del nivel de lectura que cada niño vaya adquiriendo. Es así como un niño no lector tarda aproximadamente 5 meses para avanzar a la lectura silábica, de 2 a 3 meses para pasar de la lectura silábica a palabra a palabra, alrededor de 2 meses para avanzar de palabra a palabra a unidades cortas, y un mes y medio para pasar de unidades cortas a lectura fluida.
Con el apoyo del Rescate Lector entre un 55% y 60% de los estudiantes ingresados alcanzan los niveles de lectura esperados gracias a las tutorías personalizadas; lo que refleja un progreso significativo en la lucha contra el rezago lector, el que puede superarse cuando existe voluntad y compromiso para disminuir las desigualdades en el aprendizaje.
Catalina Moore, como directora ejecutiva de FMJR, enfatiza la vital importancia de abordar el problema del rezago lector tanto con los apoderados como en las escuelas. «En ocasiones, nos encontramos limitados para implementar nuestro programa en determinadas comunidades educativas debido a la lentitud en la respuesta por parte del establecimiento, la falta de valoración de este beneficio gratuito y/o la falta de involucramiento de algunos apoderados en el proceso de aprendizaje lector de sus hijos e hijas«, señala.
Basándose en la experiencia acumulada por esta instituciónen la implementación del programa, se ha constatado que tanto las tutorías presenciales como las remotas son igualmente efectivas. Esta observación revela un amplio potencial para llegar a áreas remotas, donde la escasez de profesionales disponibles suele ser la principal barrera para la intervención. Contrario a la percepción común, las tutorías en línea son eficaces. Esto se debe a que, al conectarse desde sus hogares, los niños cuentan con el apoyo de un familiar, quien, al presenciar y ser parte de las sesiones, va adquiriendo habilidades para apoyar y guiar el aprendizaje de sus hijos en el hogar.
Por otro lado, se ha constatado que los niños y niñas de tercero básico progresan a un ritmo más lento que los de segundo básico, teniendo un 45% menos de probabilidad de mejorar su calidad y velocidad lectora. Esto resalta la urgencia de realizar intervenciones tempranas a los estudiantes de primero y segundo básico, en quienes debiese enfocarse el trabajo de nivelación y apoyo para el aprendizaje lector.
Transformando realidades: Experiencia de la Fundación María José Reyes en la lucha contra el rezago lector en la Región de O’Higgins
La iniciativa para fomentar el aprendizaje lector liderada por Fundación María José Reyes ejecutando el Programa Rescate Lector, ha permitido que niños de esta regiónaprendan a leer con intervenciones gratuitas.
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Fundación María José Reyes (FMJR) trabaja para que estudiantes que no han adquirido el aprendizaje lector en el nivel que les corresponde (1°básico), puedan nivelarse y no quedarse atrás con respecto a los aprendizajes de sus compañeros. El foco de la labor educativa de FMJR está en estudiantes provenientes de sectores de bajos recursos y con altos índices de vulnerabilidad social, con el propósito de disminuir sus brechas educativas y ampliar sus oportunidades de desarrollo.
Al iniciar cada año escolar el equipo de la fundación lleva a cabo una evaluación exhaustiva de las habilidades lectoras de los estudiantes de segundo y tercero básico, determinando quiénes presentan aprendizajes descendidos, para ingresarlos de manera gratuita al Programa Rescate Lector.
En el año 2023, el rezago lector entre los estudiantes de segundo básico de comunas rurales y semirurales de la región de O’Higgins, fue de un 59%, cifra que se mantuvo estable durante el 2024.
En el Programa Rescate Lector trabajan tutores dedicados y con experiencia, quienes realizan sesiones en dos modalidades: presenciales de 45 minutos y remotas de 30 minutos. Están se llevan a cabo dos veces por semana, independiente del nivel lector de cada niño, por lo que los meses de intervención y apoyo dependen del nivel de lectura que cada niño vaya adquiriendo. Es así como un niño no lector tarda aproximadamente 5 meses para avanzar a la lectura silábica, de 2 a 3 meses para pasar de la lectura silábica a palabra a palabra, alrededor de 2 meses para avanzar de palabra a palabra a unidades cortas, y un mes y medio para pasar de unidades cortas a lectura fluida.
Con el apoyo del Rescate Lector entre un 55% y 60% de los estudiantes ingresados alcanzan los niveles de lectura esperados gracias a las tutorías personalizadas; lo que refleja un progreso significativo en la lucha contra el rezago lector, el que puede superarse cuando existe voluntad y compromiso para disminuir las desigualdades en el aprendizaje.
Catalina Moore, como directora ejecutiva de FMJR, enfatiza la vital importancia de abordar el problema del rezago lector tanto con los apoderados como en las escuelas. «En ocasiones, nos encontramos limitados para implementar nuestro programa en determinadas comunidades educativas debido a la lentitud en la respuesta por parte del establecimiento, la falta de valoración de este beneficio gratuito y/o la falta de involucramiento de algunos apoderados en el proceso de aprendizaje lector de sus hijos e hijas«, señala.
Basándose en la experiencia acumulada por esta instituciónen la implementación del programa, se ha constatado que tanto las tutorías presenciales como las remotas son igualmente efectivas. Esta observación revela un amplio potencial para llegar a áreas remotas, donde la escasez de profesionales disponibles suele ser la principal barrera para la intervención. Contrario a la percepción común, las tutorías en línea son eficaces. Esto se debe a que, al conectarse desde sus hogares, los niños cuentan con el apoyo de un familiar, quien, al presenciar y ser parte de las sesiones, va adquiriendo habilidades para apoyar y guiar el aprendizaje de sus hijos en el hogar.